domingo, 12 de diciembre de 2010



Querido Noah...

Escribo estas líneas a la luz de las velas, mientras tú

duermes en la habitación'que hemos compartido desde el

día de nuestra boda. Aunque no alcanzo a oír tu

respiración, sé que estás ahí, y que pronto me acostaré a

tu lado, como siempre. Sentiré tu calor, el bendito

consuelo de tu proximidad, y tu respiración me guiará

lentamente hasta el lugar donde sueño contigo, con lo

maravilloso que eres.

La llama de la vela me recuerda a un fuego del pasado,

que contemplé vestida con tu camisa y tus vaqueros.

Entonces ya sabía que estaríamos juntos para siempre,

aunque al día siguiente titubeara. Un poeta sureño me

había capturado, robándome el corazón, y en lo más

profundo de mi ser, supe que siempre había sido tuya. ¿

Quién era yo para cuestionar un amor que cabalgaba

sobre las estrellas fugaces y rugía como las olas del mar?

Asiera entonces, y así es ahora.

  Nuestra convivencia ha sido maravillosa, y ahora pienso

mucho en ella. A veces cierro los ojos y te veo con hebras

de plata en la cabeza, sentado en el porche, tocando la

guitarra, rodea­do de niños que juegan y baten palmas al

ritmo de la música que has creado. 

  Te quiero por muchas razones, pero sobre todo por tus

pasiones, que siempre han sido las cosas más maravillosas

de la vida. El amor, la poesía, la paternidad, la amistad,

la belleza y la naturaleza. Y me alegro de que hayas

incul­cado esos sentimientos a nuestros hijos, porque sin

lugar a dudas enriquecerán sus vidas. Siem­pre hablan de

cuánto significas para ellos, y entonces me siento la

mujer más afortunada del mundo.

  También a mí me has enseñado muchas cosas, me has

inspirado, y nunca sabrás cuánto significó para mí que me

animaras a pintar. Ahora mis obras están en museos y

colecciones privadas de todo el mundo, y aunque muchas

veces me he sentido cansada o aturdida por exposiciones

y críticos, tú siempre me alentabas con palabras

amables.

 Además de mi amante, eres mi mejor amigo, y no sabría

decir qué faceta de ti me gusta más. Adoro las dos, como

he adorado nuestra vida en común. Tú tienes algo, Noah,

algo maravilloso y poderoso. Cuando te miro veo bondad,

lo mismo que todo el mundo ve en ti. Bondad. Eres el

hombre más indulgente y sereno que he conoci­do. Dios

está contigo. Tiene que estarlo, porque eres lo más

parecido a un ángel que he visto en mi vida.

Sé que me tomaste por loca cuando te pedí que

escribieras nuestra historia antes de mar­charnos de casa,

pero tengo mis razones, y agra­dezco tu paciencia. Y

aunque nunca respondía tus preguntas, creo que ya es hora

de que sepas la verdad.

Hemos tenido una vida que la mayoría de las parejas no

conocerá nunca, y sin embargo, cada vez que te miro,

siento miedo porque sé que todo acabará muy pronto. Los

dos conocemos el diag­nóstico de mi enfermedad y

sabemos lo que significa. Te veo llorar, y me preocupo

más por ti que por mí, porque sé que compartirás mis

sufri­mientos. No encuentro palabras para expresar mi

dolor.

Te quiero tanto, tan apasionadamente, que hallaré una

forma de volver a ti a pesar de mi enfermedad. Te lo

prometo. Y por eso te he pedido que escribieras nuestra

historia. Cuando esté sola y perdida, léemela tal como

se la contaste a nuestros hijosy sé que de algún modo

comprenderé que habla de nosotros. En­tonces, quizá,

sólo quizá, encontremos la mane­ra de estar juntos otra

vez.

Por favor, no te enfades conmigo los días en que no te

reconozca. Los dos sabemos que llega­rán. Piensa que te

quiero, que siempre te querré, y que pase lo que pasare,

habré tenido la mejor vida posible. Una vida contigo. Si

has conservado esta carta y la relees, cree que lo que

digo vale también ahora. Noah, dondequiera que estés y

cuando quiera que leas esto, te quiero. Te quiero

mientras escribo estas líneas, y te querré cuando las

leas. Y lamentaré no poder decírtelo. Te quiero con toda

el alma, marido mío. Eres, y has sido, lo que siempre he

soñado.


                                                   Allie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario